¿Sentiré lo correcto?

Dicen que cuando nos enojamos debemos evitar tomar decisiones pues las tomamos con las viceras y no con el cerebro, e igual cuando estamos demasiado felices, las tomamos con el corazón y no con el cerebro.

Pero ¿qué pasa cuando estamos llenos de impotencia?, actualmente no tengo ninguna decisión importante que tomar, pero si tengo muchas ideas, pensamientos e ideas que acomodar. Mi cumpleaños se celebró hoy y gracias a Dios lo pasé en companía de mi familia y seres queridos, de verdad estoy más que agradecida con el hecho de que me hayan acompañado, felicitado y me permitieran compartir un día tan importante para mí con ellos.

Aún así me quedé con una espinita en el corazón (gran espina si soy sincera), mi padre me falló, y aunque no llevo la cuenta de cuantas veces lo ha hecho, sé que no es la primera. Definitivamente no esperaba un regalo o algo material, me bastaba y sobraba con una felicitación sincera, y siento que ni eso me pudo dar. Lo ví al medio día y su felicitación fue un saludo y una palmada, no mentiré me caló, pero no me mortifiqué (en ese momento), dije no, no pasa nada a la noche lo veo y la felicitación será la adecuada.

¿Qué sucedió? Bueno, mi madre y hermana (son las mejores pueda haber) me compraron un pastel y a pesar de que, desde que lo compramos ya le traíamos muchas ganas de probarlo, dijímos no, vamos a esperarlo y lo partímos en la cena. Generalmente siempre llega a cierta hora, ni muy temprano ni muy tarde, pero hoy, llegó más tarde de lo normal, mi mamá y hermana ya estaban desesperadas por partirlo y yo, esperando partirlo todos en familia, dije no hay que esperar a mi papá. Pasarón quince minutos, luego treinta, después se convirtió en una hora, hasta que lo terminamos esperando dos horas y media, dejando de lado el hecho de ya querer partir el pastel, llegué al punto en el que me preocupe, esperaba que llegara, que el teléfono sonase, cualquier cosa que me diera una señal de que estaba bien y que sólo le habían encargado más trabajo a última hora, hasta llegué a pensar que se había desviado para comprarme un regalo y que su felicitación de más temprano era sólo la finta.

En cuanto la puerta se abrió, solté un suspiro de alivio, sabía que estaba en casa y nada más importaba, me saludó de nuevo y me dio la misma felicitación de horas anteriores, y cuando mi mamá le preguntó que porque el retrasó dijo que porque había tenido una reunión, entonces me relaje porque sabía que mi papá tenía algo más importante y no era su intención llegar tarde.

Hace unos momentos acaba de confirmar que esa reunión era un festejo del trabajo y que nunca se acordó de que le habíamos dicho que compramos un pastel para partir en la noche,

En estos momentos estoy llena de impotencia, tengo mil ganas de llorar pero no quiero hacerlo, porque no quiero que sepa que me hirio, me duele el hecho de que yo siempre pienso en una manera de hacerlo sentir especial en su día y en el del padre, pensé en él como alguien primordial para que me acompañase aunque fuése un ratito en mi día y ni eso pudo hacer y lo peor es que mientras yo me quiebro por dentro por no ser suficiente para él, él dice cosas que demuestran que le da más importancia a cualquier cosa antes que a su hija.

No me quiero deprimir en mi día pero tampoco puedo estar en plena felicidad, agradezco infinitamente a mi madre y hermana por siempre estar ahí para mi, y me da miedo darme cuenta poco a poco que no para toda la familia soy importante y que definitivamente no cuento con todos.